Lenguaje y Comunicación, compendio práctico para la expresión oral y escrita es el nuevo libro que acaba de presentarse al público ecuatoriano, y que fue escrito por el Dr. Edgar Espinosa, quien fuera mi profesor de la materia de castellano, en el Colegio Nacional Tabacundo, en mi Tabacundo lindo.
La obra se presentó en un acto solemne y emotivo en el hemiciclo Benjamín Carrión de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, el 27 de octubre, por iniciativa de la Fundación Cochasquí.
Acá les presento el texto que expuse en el acto especial, que a más de compartir una velada de cultura fue también una gran ocasión para el reencuentro de la familia tabacundeña que por distintas razones vivimos en Quito.
Presentación del Libro Lenguaje y Comunicación
Señor presidente de la Fundación Cochasquí, Lic. Lizardo Serrano; apreciados amigos y amigas presentes en este acto, que nos permite ser testigos de una manifestación genuina de cómo la cultura y las letras de Tabacundo se elevan una vez más a ese sitial de meritorio orgullo de la cultura nacional al que ya nos han acostumbrado varios escritores, investigadores, historiadores, cientistas, pedagogos, comunicadores, de nuestro terruño.
Inmerecidamente, el Dr. Espinosa me pidió que realizara la presentación de esta obra suya, que es la cuarta ya de su prolífica producción.
Cuando recibí esta propuesta, acepté el desafío no sin el temor de que lo que yo pudiera comentar pudiese estar al nivel de su contenido, y de la expectativa de su autor y del selecto auditorio que ahora está presente; pero a la vez con el íntimo orgullo de que quien fuera mi maestro, precisamente en la materia que aborda este libro, confiara esta tarea a un ex alumno suyo. Con esta necesaria explicación, permítanme que intente compartir en este acto algunas ideas que me suscitaron la lectura y relectura de este compendio que ahora presentamos.
Mientras iba leyendo las páginas de este compendio práctico de lenguaje y comunicación me pareció retroceder en el tiempo a esos días inolvidables de mi vida estudiantil, en mi recordado Colegio Nacional Tabacundo, en donde el Doctor Espinosa, como ya adelanté, fue precisamente mi profesor de castellano, cuando cursaba mi segundo y tercer año de ciclo básico. Conforme avanzaba en mi atenta lectura, para preparar mi comentario, recreaba en mi imaginación esos años de estudiante, y me parecía también que volvía a escuchar sus enseñanzas.
Inclusive recordaba en mi memoria su expresión metódica, pedagógica y enfática al enseñar; su caminar pausado del escritorio a la pizarra, y de la pizarra al fondo del aula, como hablándonos a cada uno de nosotros, sus estudiantes, corrigiéndonos de forma práctica los errores y vicios de nuestro lenguaje popular.
De forma didáctica y con la pedagogía de un maestro de la lengua nos enseñaba que no era correcto decir que subo para arriba, bajo para abajo, salgo para afuera o que sufrí una hemorragia de sangre. Es posible que en ese entonces no le haya prestado la suficiente atención para tener presente que, en estos casos, esa figura del lenguaje conocido como pleonasmo estaba mal utilizado, pero sí recuerdo sus recomendaciones para corregir estos y otros errores que eran antes y acaso siguen siendo frecuentes.
O cuando nos insistía en que para aquella acción posterior a una actividad previa, como la de ir a la oficina después de haber desayunado no debíamos decir que vengo desayunando, como generalmente solemos decir, sino que vengo de desayunar. Recuerdo claramente la explicación que nos daba, que aunque pudiera ser posible que alguien vaya comiendo algo mientras a la vez también estuviese caminando, en cuyo caso el uso del gerundio fuese el correcto, difícilmente pudiera ir simultáneamente desayunando, almorzando o merendando y caminando, a no ser que caigamos en un uso indebido del gerundio.
Estas entre un sin número de explicaciones que se encuentran en esta obra, con una claridad y sencillez, que me pareció volverlo a escuchar al Dr. Espinosa en una de esas tantas como lejanas clases de castellano en mi querido colegio Tabacundo, las he podido recrear en este libro.
Desde la normativa más elemental para la ortografía (y digo simplemente ortografía, recordando otra de las recomendaciones de mi maestro, cuando nos insistía en evitar la redundancia de decir buena ortografía, porque la sola palabra ortografía nos remitía a la corrección de la escritura), que nos ayudará a escribir correctamente, a las recomendaciones más útiles y sencillas para una buena redacción, clara, concisa y directa, que a su vez nos permitirá expresarnos correctamente.
Y así, en este manual, con mano abierta y cálida, Edgar Espinosa nos conduce a una práctica de la corrección partiendo de la constatación y ejemplificación de los errores más comunes de nuestra habla popular, con una fundamentación teórica sobre el porqué de cada norma sugerida y aplicada.
Con la experiencia docente de haber alumbrado el conocimiento de varias generaciones, el Dr. Espinosa tiene la claridad y el buen criterio para seleccionar las unidades y los contenidos para guiarnos de forma práctica y sencilla a la comprensión básica y a la vez completa de las formas más simples del lenguaje, como las sílabas, las uniones vocálicas, las separaciones y distinciones de lo que es un diptongo, triptongo, hiato, todo con aplicaciones y ejercicios que facilitan la consulta y la práctica para quien se interese en dominar la buena escritura y expresión.
El manual ofrece una guía práctica de las reglas que debemos tener presente para escribir y acentuar o tildar correctamente las palabras, según los casos, incluyendo, por cierto, las excepciones que no pueden estar ausentes en toda regla. Explicaciones claras sobre gramática, o la estructura de composición fundamental para una buena redacción, como aquello de tener presente el orden lógico de las palabras, sustantivos, verbos, adverbios, adjetivos, pronombres, preposiciones, conjunciones, en fin, partes y componentes de una buena escritura.
Aunque el autor divide su obra en 7 capítulos y al menos 3 sub capítulos en los que a su vez divide el capítulo 4 en que profundiza sobre la normativa para la ortografía, me parece que es posible distinguir con claridad tres grandes secciones: La primera en que se ocupa de explicar los conceptos y definiciones básicos de lo que es la comunicación humana, su proceso; el lenguaje, y dentro de ello la escucha y la lectura, a más de facilitar una guía práctica para alimentar el vocabulario, con una buena base de sinónimos, antónimos, y la necesidad de saber diferenciar el significado de varias palabras homófonas, entre otros truquitos para enriquecer una buena expresión oral o escrita.
Una segunda parte lo conforma el más grande capítulo destinado a la normativa para la ortografía, y una tercera que constituye un muestrario práctico de recomendaciones para redacción, y dentro de ello la redacción más usual en una oficina o institución, como redactar oficios, acuerdos, memorandos, solicitudes, informes, en fin todo cuanto puede auxiliar sobre todo en un trabajo de secretaría.
A todo este conjunto de recomendaciones prácticas para lograr un buen dominio del lenguaje, el autor ofrece una selecta muestra de lecturas que no solo facilitan una fácil comprensión de las unidades temáticas que se incluyen en este compendio, sino que alimentan el bagaje cultural de quien busque una ayuda práctica que le permita hacer un buen uso de la lengua y de las expresiones oral o escrita de la comunicación humana.
Como bien se destaca desde la portada misma de la obra, este compendio es una guía práctica para maestros, estudiantes, oficinistas, y todo aquel que se interese en procurar la corrección en el habla y en la escritura de nuestra rica lengua española.
Felicito muy sentidamente este gran trabajo bibliográfico de nuestro coterráneo y amigo, y el apoyo a la cultura local que va promoviendo la Fundación Cochasquí al auspiciar este tipo de emprendimientos.
Señoras y señores.
Quito, 27 de octubre de 2009
La obra se presentó en un acto solemne y emotivo en el hemiciclo Benjamín Carrión de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, el 27 de octubre, por iniciativa de la Fundación Cochasquí.
Acá les presento el texto que expuse en el acto especial, que a más de compartir una velada de cultura fue también una gran ocasión para el reencuentro de la familia tabacundeña que por distintas razones vivimos en Quito.
Presentación del Libro Lenguaje y Comunicación
Señor presidente de la Fundación Cochasquí, Lic. Lizardo Serrano; apreciados amigos y amigas presentes en este acto, que nos permite ser testigos de una manifestación genuina de cómo la cultura y las letras de Tabacundo se elevan una vez más a ese sitial de meritorio orgullo de la cultura nacional al que ya nos han acostumbrado varios escritores, investigadores, historiadores, cientistas, pedagogos, comunicadores, de nuestro terruño.
Inmerecidamente, el Dr. Espinosa me pidió que realizara la presentación de esta obra suya, que es la cuarta ya de su prolífica producción.
Cuando recibí esta propuesta, acepté el desafío no sin el temor de que lo que yo pudiera comentar pudiese estar al nivel de su contenido, y de la expectativa de su autor y del selecto auditorio que ahora está presente; pero a la vez con el íntimo orgullo de que quien fuera mi maestro, precisamente en la materia que aborda este libro, confiara esta tarea a un ex alumno suyo. Con esta necesaria explicación, permítanme que intente compartir en este acto algunas ideas que me suscitaron la lectura y relectura de este compendio que ahora presentamos.
Mientras iba leyendo las páginas de este compendio práctico de lenguaje y comunicación me pareció retroceder en el tiempo a esos días inolvidables de mi vida estudiantil, en mi recordado Colegio Nacional Tabacundo, en donde el Doctor Espinosa, como ya adelanté, fue precisamente mi profesor de castellano, cuando cursaba mi segundo y tercer año de ciclo básico. Conforme avanzaba en mi atenta lectura, para preparar mi comentario, recreaba en mi imaginación esos años de estudiante, y me parecía también que volvía a escuchar sus enseñanzas.
Inclusive recordaba en mi memoria su expresión metódica, pedagógica y enfática al enseñar; su caminar pausado del escritorio a la pizarra, y de la pizarra al fondo del aula, como hablándonos a cada uno de nosotros, sus estudiantes, corrigiéndonos de forma práctica los errores y vicios de nuestro lenguaje popular.
De forma didáctica y con la pedagogía de un maestro de la lengua nos enseñaba que no era correcto decir que subo para arriba, bajo para abajo, salgo para afuera o que sufrí una hemorragia de sangre. Es posible que en ese entonces no le haya prestado la suficiente atención para tener presente que, en estos casos, esa figura del lenguaje conocido como pleonasmo estaba mal utilizado, pero sí recuerdo sus recomendaciones para corregir estos y otros errores que eran antes y acaso siguen siendo frecuentes.
O cuando nos insistía en que para aquella acción posterior a una actividad previa, como la de ir a la oficina después de haber desayunado no debíamos decir que vengo desayunando, como generalmente solemos decir, sino que vengo de desayunar. Recuerdo claramente la explicación que nos daba, que aunque pudiera ser posible que alguien vaya comiendo algo mientras a la vez también estuviese caminando, en cuyo caso el uso del gerundio fuese el correcto, difícilmente pudiera ir simultáneamente desayunando, almorzando o merendando y caminando, a no ser que caigamos en un uso indebido del gerundio.
Estas entre un sin número de explicaciones que se encuentran en esta obra, con una claridad y sencillez, que me pareció volverlo a escuchar al Dr. Espinosa en una de esas tantas como lejanas clases de castellano en mi querido colegio Tabacundo, las he podido recrear en este libro.
Desde la normativa más elemental para la ortografía (y digo simplemente ortografía, recordando otra de las recomendaciones de mi maestro, cuando nos insistía en evitar la redundancia de decir buena ortografía, porque la sola palabra ortografía nos remitía a la corrección de la escritura), que nos ayudará a escribir correctamente, a las recomendaciones más útiles y sencillas para una buena redacción, clara, concisa y directa, que a su vez nos permitirá expresarnos correctamente.
Y así, en este manual, con mano abierta y cálida, Edgar Espinosa nos conduce a una práctica de la corrección partiendo de la constatación y ejemplificación de los errores más comunes de nuestra habla popular, con una fundamentación teórica sobre el porqué de cada norma sugerida y aplicada.
Con la experiencia docente de haber alumbrado el conocimiento de varias generaciones, el Dr. Espinosa tiene la claridad y el buen criterio para seleccionar las unidades y los contenidos para guiarnos de forma práctica y sencilla a la comprensión básica y a la vez completa de las formas más simples del lenguaje, como las sílabas, las uniones vocálicas, las separaciones y distinciones de lo que es un diptongo, triptongo, hiato, todo con aplicaciones y ejercicios que facilitan la consulta y la práctica para quien se interese en dominar la buena escritura y expresión.
El manual ofrece una guía práctica de las reglas que debemos tener presente para escribir y acentuar o tildar correctamente las palabras, según los casos, incluyendo, por cierto, las excepciones que no pueden estar ausentes en toda regla. Explicaciones claras sobre gramática, o la estructura de composición fundamental para una buena redacción, como aquello de tener presente el orden lógico de las palabras, sustantivos, verbos, adverbios, adjetivos, pronombres, preposiciones, conjunciones, en fin, partes y componentes de una buena escritura.
Aunque el autor divide su obra en 7 capítulos y al menos 3 sub capítulos en los que a su vez divide el capítulo 4 en que profundiza sobre la normativa para la ortografía, me parece que es posible distinguir con claridad tres grandes secciones: La primera en que se ocupa de explicar los conceptos y definiciones básicos de lo que es la comunicación humana, su proceso; el lenguaje, y dentro de ello la escucha y la lectura, a más de facilitar una guía práctica para alimentar el vocabulario, con una buena base de sinónimos, antónimos, y la necesidad de saber diferenciar el significado de varias palabras homófonas, entre otros truquitos para enriquecer una buena expresión oral o escrita.
Una segunda parte lo conforma el más grande capítulo destinado a la normativa para la ortografía, y una tercera que constituye un muestrario práctico de recomendaciones para redacción, y dentro de ello la redacción más usual en una oficina o institución, como redactar oficios, acuerdos, memorandos, solicitudes, informes, en fin todo cuanto puede auxiliar sobre todo en un trabajo de secretaría.
A todo este conjunto de recomendaciones prácticas para lograr un buen dominio del lenguaje, el autor ofrece una selecta muestra de lecturas que no solo facilitan una fácil comprensión de las unidades temáticas que se incluyen en este compendio, sino que alimentan el bagaje cultural de quien busque una ayuda práctica que le permita hacer un buen uso de la lengua y de las expresiones oral o escrita de la comunicación humana.
Como bien se destaca desde la portada misma de la obra, este compendio es una guía práctica para maestros, estudiantes, oficinistas, y todo aquel que se interese en procurar la corrección en el habla y en la escritura de nuestra rica lengua española.
Felicito muy sentidamente este gran trabajo bibliográfico de nuestro coterráneo y amigo, y el apoyo a la cultura local que va promoviendo la Fundación Cochasquí al auspiciar este tipo de emprendimientos.
Señoras y señores.
Quito, 27 de octubre de 2009
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