lunes, 19 de octubre de 1992

DE PELOTEROS Y PELOTEADOS

Por: José Nelson Mármol M.

Casi son los mismos. Son contados. Inclusive, a veces, los dedos de las manos llegan a sobrar cuando alguien falta al semanal encuentro, en la plaza de "La Banda".

En más de una oportunidad, yo mismo -que hasta hace poco nada sabía de las chazas, de las tornas y de los saques, sino solo cómo se pronunciaban, y que algo tendrán que ver con aquel puñado de veteranos que no han dejado morir del todo a este deporte tan nuestro-, me he sentido peloteado cuando los peloteros no completan el cuorum mínimo para hacer de la tarde no solo deportiva, sino también la ocasión para abrir esa ventana del recuerdo, la broma y la picardía, y el momento propicio para la conversación, el comentario y la crítica sobre los aspectos más variados del vivir local y cantonal.

Debo confesar que desde cuando descubrí que en estos encuentros deportivos de fin de semana se amasa no solo esa amistad añeja de los peloteros, sino que, además era una exquisita fuente en donde algo se conoce del ayer y hoy de nuestro pueblo, procuro no estar ausente fin de semana alguno, aunque no sea solo para verles jugar y participar, de alguna manera, de la natural preocupación que sienten cuando ven que la vida de nuestro pueblo es la misma o peor que la de Macondo, del Gabo.

Y así, entre chaza y chaza, torna y torna, saque y saque, o cuerda y cuerda, semana a semana he aprendido que para ganar el partido hay que poner un algo de reciedumbre y coraje, iniciativa y firmeza, pero sobre todo voluntad y perseverancia, para que la victoria no sea solo el anhelo sino su concreción; para pasar de las palabras a los hechos, mucho de lo cual, al parecer, sigue ausente en estos seis primeros meses de gestión municipal. Todavía no se logra pasar del ofrecimiento abundante de campaña a las acciones sostenidas que todos esperamos, y el discurso sigue siendo lo que es, discurso.

Mucho ruido y pocas nueces, diría la sentencia popular. Asiento que el estado en que pudo haber encontrado la Administración municipal actual, de su antecesor, pudo ser algo más que desastrosa, y que los recursos económicos sigan siendo escasos, que mantengan atadas las proyecciones formuladas por sus personeros, pero seis meses si es tiempo suficiente para que, al menos, se haya podido concretar aquel tan trillado propósito de concertación, del que tanto se ha hablado, pero que hasta ahora no he tenido conocimiento se haya convocado, como un mecanismo de búsqueda-hallazgo de las soluciones a nuestros problemas.

La historia sigue haciéndonos incontables chazas, y hasta hoy no somos capaces de ganar una sola. No cabe duda que seguimos peloteados.

¿Dónde está el rescate cultural, la educación popular, la información, el trabajo comunitario? Bien gracias.