martes, 19 de abril de 1994

Desde mi orilla:ENFOCANDO

Por José Nelson Mármol M

Modernización y burocratización
Mientras el gobierno nacional se halla empeñado en reducir el "tamaño del Estado" a través de varios mecanismos como la supresión de partidas, y básicamente por medio de la compra de renuncias, en nuestro Concejo Municipal ocurre todo lo contrario. Desde que inició la actual administración comenzó también a engrosar la burocracia con gente que trabajó en la campaña del FADI, y según el titular del ayuntamiento hace falta más personal. ¿Será ciertamente necesario?
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Nos preguntamos ¿no será solo una justificación para pagar, con el escaso presupuesto de nuestra municipalidad, una cuota política en favor de la gente del FADI? ¿Responde esto a la tan cacareada planificación que anunció la actual administración? ¿No será más oportuno optimizar el trabajo del personal existente y dar prioridad a los gastos de inversión antes que a los gastos corrientes?.
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La vanidad del poder
Un colega periodista que visitó hace algún tiempo nuestro terruño me preguntó que si era o no cierto, lo que le habían comentado, que al actual presidente del Concejo "se le habían subido los humos, y que ahora no cree en nadie". Preferí no responder a su inquietud, aunque en mis adentros coincidía en parte con tal apreciación; pues desde hace algún tiempo Amilcar parece haberse olvidado que un amigo no es aquel que solo lo alaba, sino el que hace crítica. Y para él, al parecer, he dejado de ser amigo, acaso por mi posición crítica a su gestión.
Un tiro por la culata
Hay un marcado descontento con la actual gestión municipal, es indudable, y yo mismo a ratos pienso que fue un error haber apoyado la candidatura del actual presidente. Ojalá un cambio de actitud reviva la esperanza que habíamos puesto al elegirlo. Pues la UCCOPEM, organización campesina que también lo apoyó, hizo sentir su inconformidad con la actual administración. A finales de marzo hubo una manifestación de la UCCOPEM en reclamo al incumplimiento de los ofrecimientos hechos durante la campaña.
En campaña ¿todo vale...?
Es posible que la manifestación de la UCCOPEM haya sido promovida -más que como una actitud de reclamo a la desatención municipal-con intenciones políticas, en favor de las listas 17 del socialismo, partido con el que está identificada la organización campesina. De ser así, sería criticable y no lo apoyamos. Pero igual de repudiable resultaría la actitud -de ser cierto, por supuesto- del presidente del Concejo quien, según me contaron, habría intencionalmente retrasado los trabajos de electrificación en varias comunidades campesinas con la finalidad de condicionar la continuación del trabajo a que los beneficiados apoyen a los candidatos del FADI.

Un llamado necesario
Las municipalidades de Quito y Guayaquil, mediante ordenanzas dictadas, reglamentaron la campaña electoral en defensa del ornato de sus respectivas ciudades. Acá si no es posible imitar el ejemplo es urgente invocar de los candidatos y sus partidos que se respeten al menos los murales que fueron pintados por artistas nuestros y que son expresión de nuestra cultura.
Gasto injustificable
Con preocupación hemos observado que desde hace varios años nuestros dos únicos parques, el central y el de San Blas, se han transformado en verdaderos potreros. Aunque sé que hay la intención de remodelar el parque central, hace pensar que el ornato nada le importa a la actual administración; pues para muchos resulta incomprensible, inclusive, el apresuramiento en gastar varias decenas de millones en un nuevo parque en un relleno de una quebrada, y también resulta criticable el que se haya decidido sacrificar el parque infantil para cederlo para que un club deportivo construya su sede social. ¿Es que los niños no importan nada?
Tabacundo, abril, 1994