Por: José Nelson Mármol M.
Desde la más remota historia, el territorio que desde 1911 se erige como cantón Pedro Moncayo ha sido cuna de innumerables hombres y mujeres que dejaron un legado de patriotismo y entrega abnegada para alcanzar los preclaros ideales y aspiraciones de nuestro pueblo. Desde la valiente y estratega Quilago, Reina de Cochasquí, quien habría liderado la defensa de nuestro territorio, para detener durante más de dos años el avance de los conquistadores del sur, del imperio incásico, hasta la actualidad, centenares de mujeres y hombres han puesto y siguen poniendo en alto a nuestro cantón.
Por ello, resulta difícil resumir la semblanza de tantos hombres y mujeres que han dado ejemplo de valentía, inteligencia, trabajo y civismo, por lo que, en las siguientes líneas mencionaremos a vuela pluma algunos nombres y testimonios de vida.
Un héroe de la independencia del 10 de Agosto
En su obra “La historia de los Pueblos”, el Dr. Miguel Ángel Puga nos presenta un capítulo completo en el que rescata de la historia los nombres y acciones de personajes distinguidos de nuestro cantón, entre los que se cuenta el sargento José Vinueza, nacido en Tabacundo en 1740, quien habría sido uno de los próceres del “Primer Grito de la Independencia” del 10 de Agosto de 1809 y habría encontrado la muerte, “a manos del cocinero de la tropa real de Lima, el 2 de agosto de 1810”.
Un presidente de la Corte Suprema de Justicia
El destacado jurista, literato y periodista Julio Castro Bastus, hermano mayor de Mercedes Castro, benefactora de Tabacundo y La Esperanza, nace en Tabacundo, en 1836. En 1859, junto a su amigo Pablo Herrera, funda el periódico político “El Primero de Mayo”, en oposición al presidente Francisco Robles. En 1861 desempeñó con brillo la secretaría de la Asamblea Nacional. Fue legislador, desde 1866 a 1868. También fue ministro de la Cartera de Hacienda, durante el gobierno de Javier Espinosa. Según Julio Tobar Donoso, el doctor Julio Castro “ocupó con mucho crédito el cargo de Presidente de la Corte Suprema en los años de 1877, 1888 y 1891”. De igual manera, habría ocupado el cargo de Director de la Academia Ecuatoriana de la Lengua.
Gestores de la cantonización de Pedro Moncayo
Mención especial merecen los gestores de la cantonización de Pedro Moncayo, entre ellos los hermanos Virgilio y Honorio Jaramillo Torres, quienes en su momento recibieron una medalla de oro “en gratitud y admiración ‘por la perseverancia ejemplar con que ha sabido llevar a cima nuestra emancipación’”; Rubén Boada Jarrín, prestigioso orador, quien fogosamente defendió el derecho a la cantonización durante una Comisión General del Congreso; Miguel Aguilar, Cecilio Estrella, Flavio Hidrovo, Misael Jarrín Romero, Pacífico Proaño y Manuel Polanco, entre otros, pues la lista es muy amplia.
Un propulsor de la educación
La historia de nuestro pueblo guarda especial memoria del insigne educador Marco Aurelio Reinoso Mantilla, nacido en Tabacundo en 1860, quien desempeñó de forma brillante la docencia. En Guayaquil fundó el Colegio Mercantil, que posteriormente tomara el nombre de “Colegio de Comercio Marco A, Reinoso”. Es autor de una obra de Contabilidad Mercantil, que fue premiada con medalla de oro, en 1908. Su destacada trayectoria educativa le hizo merecedor de la Condecoración del Orden al Mérito, en el grado de Gran Oficial, entregada por el presidente de la República, Dr. Velasco Ibarra, el 5 de octubre de 1952.
Cronistas e historiadores de nuestro pueblo
Aunque el espacio nos resulta pequeño para trazar al menos una síntesis biográfica de valiosos cronistas e historiadores de nuestro terruño, debemos mencionar, al menos, el recuerdo de gratitud al Dr. Miguel Ángel Puga, Prof. Ernesto Estrella, señor Cornelio Mantilla, Prof. Alfredo Boada Espín, Padre Mateo Mera Espín; y, más recientemente, a la Lic. Bertha Boada P., Lic. Miguel Espinosa Arévalo, entre otros.
Un seleccionado a los Juegos Olímpicos de Roma, 1960
Un tabacundeño, del que poco se ha conocido en nuestra tierra, es el destacado boxeador Juan Mesías Mármol, nacido el 26 de noviembre de 1935, quien en su brillante carrera deportiva alcanzó el título de campeón de Pichincha y campeón nacional, en la categoría mosca, lo que le valió la distinción de haber sido seleccionado nacional a los Juegos Olímpicos de Roma, en 1960, aunque por dificultades económicas y la falta de apoyo gubernamental no pudo viajar.
La mujer, alma y nervio del desarrollo cantonal
Nuestra historia cantonal guarda la memoria de valiosas mujeres, que han dado ejemplo de valentía y trabajo mancomunado para alcanzar el progreso de nuestro pueblo. Petrona Espinosa Ortíz, madre de quien fuera presidente de la República, el Dr, Javier Espinosa; Manuela Simbaña, mujer indígena de vida ejemplar, dedicada a la oración y a las obras de caridad a los pobres; se recuerda su afición a tocar el arpa. En el libro “La Historia de los Pueblos” se cuenta que el padre Virgilio Nieto habría recomendado a la familia Mármol Aguilar: “Cuídenle a la Manuela, porque ella es el pararrayos de Tabacundo”.
Recuerdo especial merece la señorita Rosa Emilia Estrella, quien durante años ejerció el cargo de Registradora de la Propiedad y se distinguía por su actitud patriota, convocando y animando el trabajo comunitario en las famosas mingas para la construcción de la carretera Guayllabamba-Pisque-Tabacundo, para lo que apoyaba generosamente con alimentación y bebida para los mingueros, al igual que la recordada sambita Nati, Natividad Mármol Espinosa y tantas otras corajosas mujeres.
También se debe guardar el recuerdo de doña Luzmila Romero, fundadora y benefactora del Hogar de Ancianos que lleva su nombre.
Mujeres educadoras de generaciones
“La influencia de la mujer ha sido siempre decisiva en la historia de la humanidad. Cada día y con perfiles más vigorosos la mujer va defendiendo sus derechos, a la par que cumple responsablemente sus deberes… Poco a poco la mujer fue adentrándose en las diferentes manifestaciones de la vida activa y con plena conciencia de su capacidad ha ido tomando participación más abierta”, escribía la destacada educadora tabacundeña Alicia Alemán Obando, en la Revista Nuestra Voz, de la Asociación de Tabacundeños Residentes en Quito, en 1995. Su pensamiento revela con diáfana claridad la inteligencia y la vocación de decenas y decenas de educadoras que, en el curso de la historia cantonal han compartido generosas las luces del saber a varias generaciones de tabacundeños y pedromoncayenses. A riesgo de omitir varios nombres, me permito mencionar los nombres de valiosas maestras, como Elvira Cisneros, Bertha Boada P., Esthela Aizaga, Maruja Espinosa (+), Teresa Cevallos (+), Alicia Alemán Obando (+), María Magdalena Espinosa Arévalo (+), Clemencia Polanco De La Torre (+), Carmen Peñafiel (+), entre otras.