Luis Ángel Saavedra, INREDH
Por esas cosas de familia que nunca hacen saber a los niños, llegué a vivir en Tabacundo, actualmente a una hora al norte de Quito; en ese entonces a tres horas en un bus destartalado que salía a las tres de la mañana y en donde todos los pasajeros debíamos apiñarnos con maletas, ponchos, costales de granos y las ráfagas de viento que se descolgaban del nevado Cayambe.
Tenía ocho o nueve años, era el año en que el "Bombita" derrocó a Velasco Ibarra por lo que en la escuela nos dieron vacación. Estaba en quinto grado y también era la época en que no había jardín de infantes, o pre-escolar, como lo dicen ahora.
El primer día de escuela me sorprendieron con una pregunta: ¿era de la Liga o El Nacional?. Dije "del Nacional", porque me sonaba más a país. En el recreo siempre los encuentros de futbol eran Liga contra Nacional: no había otra opción.