miércoles, 28 de octubre de 2009

Lenguaje y Comunicación, un nuevo libro de un autor tabacundeño

Lenguaje y Comunicación, compendio práctico para la expresión oral y escrita es el nuevo libro que acaba de presentarse al público ecuatoriano, y que fue escrito por el Dr. Edgar Espinosa, quien fuera mi profesor de la materia de castellano, en el Colegio Nacional Tabacundo, en mi Tabacundo lindo.

La obra se presentó en un acto solemne y emotivo en el hemiciclo Benjamín Carrión de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, el 27 de octubre, por iniciativa de la Fundación Cochasquí.

Acá les presento el texto que expuse en el acto especial, que a más de compartir una velada de cultura fue también una gran ocasión para el reencuentro de la familia tabacundeña que por distintas razones vivimos en Quito.

jueves, 23 de julio de 2009

Sanpedrinos, en la sangre.


Una explicación previa. Las normas de ortografía nos piden escribir sampedrinos, por aquello de que antes de P y B debe escribirse con M. Pero para efectos de esta nota que me nace relatar debo transgredir las normas para escribir sanpedrinos o sanpedrito, así con N, porque con este sanpedrito (así, con N) quiero referirme a la tradicional fiesta de mi Tabacundo Lindo: el siempre esperado San Pedrito, la fiesta más ancestral, como alegre, y que la llevo en la sangre.
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No tengo memoria exacta de la edad en que ya comencé a zapatear duro, duro, en el sanpedrito. Supongo que habrá sido desde cuando frisaba los cinco o siete años. Lo que sí recuerdo -como si fuera ayer- es que ni bien comenzaba el mes de junio ya le ponía de vuelta y media a mi papacito para que me consiga un zamarro. Y claro, desde entonces Papá salía al campo, a donde algunos “compadritos” a buscar que alguien le alquile un zamarro para que “baile San Pedro mi negrito”. Así me decía.

viernes, 12 de junio de 2009

Tabacundo sigue publicando libros

He perdido la cuenta de cuántos libros han publicado mis paisanos y amigos tabacundeños. Lo que sí podría decir es que mi colega Oswaldo Mantilla sigue incansable en en la tarea de publicar sus pequeños libros que guardan la memoria de nuestro pueblo.
En abril pasado se realizó la presentación de su última producción. En realidad es una reedición de algunos escritos suyos y otros de Miguel Espinosa, otro gran amigo de mi tierra querida. Oswaldo tuvo la gentileza de pedirme que yo hiciera la presentación de Re-cuerdos, como se titula la obra, y estas fueron mis palabras.
Presentación
Adentrarse en las páginas de estos Re-cuerdos es sumergirse en los registros de la memoria de un pueblo que tiene mucho que contar. El paisaje y la tradición; el día a día de su gente y de sus rincones de ensueño; la anécdota hilarante y la fantasía, o sencillamente la pincelada cariñosa de hechos y personajes que permanecerán entre la leyenda y la historia, son recreados en estas páginas que el lector tiene en sus manos.
Con pluma cálida, como sencilla, Miguel Espinosa y Oswaldo Mantilla, van extrayendo, del recuerdo frágil de la oralidad y el olvido, tantas y variadas facetas y personas que le imprimen a nuestro pueblo el sello indeleble de su identidad cultural y literaria.

viernes, 31 de octubre de 2008

S.O.S. Por la morada y las guaguas de pan


Por: José Nelson Mármol
La globalización tan de moda en nuestros tiempos neoliberales parece que significara solamente el dominio de los países ricos a los del tercer mundo. El subdesarrollo tecnológico e industrial, sumado a la dependencia económica, no permiten que la producción nacional pueda siquiera competir con los países del primer mundo, desde donde nos viene casi todo lo que se consume en nuestro país.

La cultura no es la excepción. En todo sitio, en los centros comerciales, la televisión, la música que reproducen la casi totalidad de estaciones de radio, tras cada paso que damos nos encontramos con expresiones culturales extrañas a nuestra identidad. Estamos, definitivamente, frente a un nuevo período de conquista.

Los niños y jóvenes de nuestro tiempo cada día más van perdiendo las costumbres con las que crecimos y convivimos.

viernes, 25 de julio de 2008

Homenaje a un hombre de Bronce y de Hierro

Escribe: Marco Quimbiamba

Porque tus acciones, tus palabras y tu ejemplo jamás partirán.
Un homenaje póstumo al hombre de bronce y de hierro.

A lo lejos del camino se divisa un jinete, el más grande de todos: el paso del caballo alazán es perfecto, es el paso de don José Flores, como te conocían; sombrero negro, poncho elegante y fino, pantalón blanco perfectamente alineado...

Tu figura, aunque menuda, nunca dejó de ser grande por tus acciones; tus palabras y tu ejemplo de dignidad y de trabajo, tu piel morena y tus manos recias y fuertes nos mostraron como fuiste forjado por el sol y por la Madre Tierra. Y a pesar de que naciste como hijo del viento, y en carne propia sentiste la marginación, el desamparo y la explotación desde muy niño, jamás te escuchamos renegar de tu suerte. Tu felicidad fue tu familia y tu amor apasionado, el campo. Nos enseñaste cómo se debe trabajar, a pesar de que siempre supiste que te iban a explotar de todas formas, porque la tierra en la cual derramaste sudor y lágrimas nunca fue tuya: esa es la desdicha de muchos que como tú nacieron como hijos del viento.

jueves, 24 de julio de 2008

La orfandad de un idioma

Luis Ángel Saavedra, INREDH

Por esas cosas de familia que nunca hacen saber a los niños, llegué a vivir en Tabacundo, actualmente a una hora al norte de Quito; en ese entonces a tres horas en un bus destartalado que salía a las tres de la mañana y en donde todos los pasajeros debíamos apiñarnos con maletas, ponchos, costales de granos y las ráfagas de viento que se descolgaban del nevado Cayambe.

Tenía ocho o nueve años, era el año en que el "Bombita" derrocó a Velasco Ibarra por lo que en la escuela nos dieron vacación. Estaba en quinto grado y también era la época en que no había jardín de infantes, o pre-escolar, como lo dicen ahora.

El primer día de escuela me sorprendieron con una pregunta: ¿era de la Liga o El Nacional?. Dije "del Nacional", porque me sonaba más a país. En el recreo siempre los encuentros de futbol eran Liga contra Nacional: no había otra opción.

miércoles, 16 de marzo de 2005

El Tambo y el Mushuk Nina


Brindemos por El Tambo, portador del Mushuk Nina (fuego nuevo).

Desde la más remota historia, Tabacundo fue un tambo ineludible en la ruta pedestre por caminos y chaquiñanes. Lo fue, sin duda, durante el período preincásico y precolombino, lo mismo que en la época de la colonia y entrada la república.

Su ubicación geográfica en la Hoya del Guayllabamba lo convirtió en un sitio obligado de posada, en un paradero, en un tambo, tras las extenuantes jornadas de chasquis y caminantes.

No me es posible precisar cuántos tambos hubo en lo que hoy es Tabacundo, pero sin lugar a dudas el que se halla cerca al barrio La Playa debió ser uno de los más frecuentados, y por ello su nombre se ha perpetuado hasta nuestros días.