miércoles, 25 de mayo de 1994

Cómo pasa el tiempo!!!


José Nelson Mármol M. (*)

"El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos...". Cuánta razón tiene Pablo Milanés al sintetizar en un solo verso de su popular canción el giro ineluctable de la vida.

Ayer nacimos, hoy vivimos el presente -a ratos sin reparar en cuántos días han pasado y siguen pasando-, hasta cuando esa sucesión de minutos, semanas, años nos sorprende, en algunos casos, sin que hayamos considerado que cada período de ese vivir era necesario, preciso, vital, para que las cosas se hagan o no se hagan según haya sido la influencia de nuestra voluntad y esfuerzo por hacerlas, y los hechos se den y se sucedan.

Y a veces la cotidianidad que vivimos y ese liberalismo subyacente de "dejar hacer, dejar pasar" que, aunque sin querer, nos envuelve hacen que todo parezca normal cuando nada de algo que puede alterar nuestras vidas o afectan a nuestros intereses ocurren.

¿Quién no ha sentido esa suerte de indiferencia por las cosas simples y lo cotidiano, que nos produce algo así como amnesia en torno a hechos que sin embargo son importantes, a celebraciones de fechas o hechos que marcan parte de nuestras vidas, de lo que somos, de lo que son nuestros pueblos?

Debo confesar que, en realidad, se me había estado pasando por alto una celebración que estamos muy próximos a compartirla, y que tiene un especial interés en la vida de nuestro pueblo: La celebración de las Bodas de Plata, por los 25 años de vida de nuestro Colegio Nacional Tabacundo.

Casi no lo quería creer cuando Miguel Cadena, actual rector del plantel, me decía, hace un mes aproximadamente, que este año el Colegio, nuestro Colegio, mi Colegio se aprestaba a celebrar sus Bodas de Plata. En mis adentros comencé a tirar números, a recordar qué tiempo hacía que dejé sus aulas con ese cartoncito bajo el brazo; cuántos años pasé por sus aulas, corrí por sus patios. Y claro, las cuentas eran las mismas y las matemáticas seguían siendo exactas: si de lo que egresé hacen ya 13 años y 7 estuve como estudiante, más 5 años que llevaba de creado el colegio cuando ingresé, pues eran en efecto ya 25 años.

Una especial sensación, mezcla de alegría y nostalgia, experimenté al instante. En un momento comencé a retroceder esa película que la razón nos permite grabar a cada instante. Se me dio por recordar tantas cosas que han pasado en mi colegio -de muchas de las cuales fuimos sus protagonistas: Los profesores, los compañeros, las aulas, las travesuras, las picardías; la risa y el llanto, la satisfacción y la angustia; temores y esperanzas, en fin ese anecdotario, ese todo vivido en ese espacio físico y temporal imposibles de olvidar.

Cómo olvidar ese trabajo lúdico de aprendices de agricultores en "La Granja" con el profesor Herrera y las rabietas de Don Manuelito "de la peña"; o las travesuras que hicimos con un grupo de compañeros (René Buitrón, Amílcar, Guillermo Falcón, el "gringo" Segundo Antonio...) para hacernos de unos rústicos instrumentos para intentar sacarles sonidos e interpretar a nuestro modo las canciones de folklor que para entonces comenzaban a ponerse de moda. Fue acaso ese el inicio de lo que sería luego el conjunto Cóndor Canqui que posteriormente tuvo una dilatada trayectoria en el quehacer cultural de nuestro pueblo, de la provincia y del país -porqué no decirlo.

Cómo olvidar aquella noticia que sacudió al pueblo (cuando yo todavía era un escolar en la Pacífico Proaño), lo despertó de ese letargo parecido a la estupidez, cuando a pocos años de creado el Colegio se registró la primera insurrección estudiantil y lo que antes era la gran Plaza del Pueblo se militarizó como nunca antes se recuerde: La huelga (qué será eso, cómo será, decían algunos) liderada por Juan Jaramillo y los de su época, para buscar una reorganización del entonces novel plantel. Lamentablemente las soluciones logradas nunca fueron duraderas. Los problemas por la falta de profesores, luchas internas por captar las máximas dignidades, algunos malos docentes, la falta de infraestructura y laboratorios no han estado ausentes en la vida de estos 25 años, según recuerdo. Pero, sobre todo, es preciso destacar también la indómita voluntad de los tabacundeños para superar las dificultades que han atentado a veces contra la institucionalidad misma del Colegio, y cual ave Fénix se ha levantado para seguir siendo un reguero de sabiduría y trabajo.

25 años han pasado ya. Otros 25, 50 o 100 pasarán (entonces ya no seremos testigos, con seguridad) y nuestro Colegio deberá enfrentar - como hasta hoy lo ha hecho- el desafío permanente de continuar siendo motor importante en el desarrollo de nuestro pueblo. Han pasado 25 años, ¡Cómo pasa el tiempo! Loor a nuestro Colegio en sus Bodas de Plata.

(*) Ex-alumno del Colegio Nacional Tabacundo

jueves, 19 de mayo de 1994

Desde mi orilla: ENFOCANDO

Por: José Nelson Mármol M.

Carta necesaria
Sr. Lic.
Amilcar Mantilla V.
PRESIDENTE DEL I. CONCEJO MUNICIPAL DE PEDRO MONCAYO
Presente.

Señor Presidente:
Lamento que mi trabajo periodístico publicado en Enfoque, edición de abril del año en curso, le haya molestado en sumo grado. Ciertamente no ha sido mi intención exacerbar sus ya alterados ánimos a la crítica a su gestión. Pues, en realidad, solo he pretendido compartir con los lectores de Enfoque varias inquietudes de la ciudadanía de nuestro pueblo. Creo -y soy un convencido de ello- que esa es la misión del periodista, tal como lo declara el código de ética periodística:"El periodista... está obligado a ser leal y consecuente con los principios y aspiraciones de su pueblo... No es ni puede ser neutral porque en la sociedad humana es imposible esa neutralidad como no sea para favorecer directa o indirectamente, intereses antipopulares", y en tal virtud yo no puedo -y en el caso de mi pueblo no debo- hacer lo contrario. Por ello, señor presidente, aunque mis apuntes en algún momento le molesten, cumpliré con mi cometido, y no serán ni las amenazas, ni los insultos los que acallen mi voz.

Si, por lo humano de nuestras acciones, mis artículos son equivocados, y usted documentadamente lo demuestra, no tengo porque no allanarme, pues además es mi deber rectificar. Pero el hecho de que, hasta el momento, no haya usted desmentido los apuntes hechos por mí en la edición de abril, a pesar de que furibunda y públicamente ha dicho (durante el programa de inauguración del campeonato de Liga Cantonal, el 17 de abril) que lo haría, me exime de aclarar o disculparme.

Lamento, nuevamente, que la crítica hecha a la administración municipal lo haya tomado usted como un inexistente afán de enfrentamiento personal; pues en ningún momento esa ha sido mi postura, por lo que espero que culmine esta estéril confrontación.

Por lo demás, continuaré recogiendo las preocupaciones de mi pueblo, y desde cualesquiera tribuna seguiré multiplicando la voz del pueblo que es voz de Dios.
Atentamente,
J.N.M.M.

Y ahora una buena noticia
El pasado 24 de mayo se suscribió un importantísimo convenio tripartito entre el Consejo Provincial, EMELNORTE, y Concejo municipal de Pedro Moncayo, por un monto de 650 millones de sucres, para electrificar varias comunidades campesinas de nuestro cantón. Una demostración que no todo es malo.

Obras son amores
La Fundación Cochasquí cada vez más se va ganando el justo reconocimiento de un pueblo que empieza a beneficiarse de su gestión. Ya no solo están al servicio la botica popular y la consulta médica, ni el centro de acopio y comercialización de los productos agropecuarios o la alternativa crediticia que ofrece para iniciar pequeñas empresas o para dinamizar la actividad productiva. Ahora también está ofreciendo cursos y seminarios de capacitación, puntal indispensable para fomentar el desarrollo humano y comunitario, tan necesario en nuestro medio. Felicitaciones.

Que no desmaye el empeño
El pasado 21 de mayo se reorganizó la cooperativa de vivienda Tabacundo Moderno, que agrupa a 155 socios. En asamblea general se nombraron a los nuevos vocales de los consejos de administración y vigilancia, y luego se nombró como presidente de la institución al señor Hugo Mantilla, y gerente al señor Juan Jaramillo. Los nuevos directivos tienen el empeño de impulsar el desarrollo de la cooperativa y lograr, como primer objetivo, entregar a los socios las escrituras de sus lotes.

Fiesta en el barrio 5
La escuelita del barrio, la Pacífico Proaño, o la de los "palillos" como se la conocía, está de plácemes. Está celebrando sus bodas de oro. La alegría de este evento ha contagiado, como resulta lógico, a todos los samblaseños que a lo largo de muchas generaciones aprendieron -como lo hice también yo- sus primeras letras, y a querer a su pueblo natal, en esas recordadas aulas.Loor a nuestra escuelita que ahora quiere recuperar el prestigio que siempre lo tuvo.
Tabacundo, mayo, 1994